Cuando se tienen hijos, el malestar de la pareja también afecta a los niños, así como a las funciones parentales. Una pareja en conflicto, no puede desempeñar adecuadamente sus tareas de cuidado y atención a los hijos, porque éstos son los primeros receptores de los conflictos de los padres. Por tanto, trabajar para resolver los conflictos de pareja ayuda a mejorar la calidad de relación de la pareja así como de la relación con los hijos.

La insatisfacción en la pareja llega cuando se intercambian pocas conductas agradables entre ambos, o cuando las interacciones que dan bienestar se limitan a una esfera concreta (por ejemplo, la económica o la sexual) o también cuando existe relación en la que uno miembro de la pareja da mucho más de lo que recibe.

Hay que atender lo que ocurre cuando hay una necesidad que no se satisface en la pareja, qué tipo de estrategias o interacciones se pueden generar para satisfacerlas, como la crítica, discusiones, el mal humor, los ataques de ira, amenazas o incluso violencia.

La tarea del terapeuta de pareja es enseñar a la pareja las habilidades de comunicación para que aumenten los intercambios en los que ambos se sientan que obtienen satisfacción y que aprendan a expresarse de forma constructiva, tanto sus sentimientos positivos como negativos